
Saber terminar también es un factor para el éxito y prosperidad
Cuando asumir que llegó la hora de ponerle punto y final a algo es lo más inteligente para alcanzar el éxito.
Mientras nos mantenemos trabajando en nuestros objetivos, hay que recordar que la actitud clave para concretarlos con éxito es hacerlo todo con motivación y por inspiración.
Ahora bien, ¿qué hacer cuando las cosas llegan a un punto donde todo se bloquea y los resultados no salen como lo planificamos?
“La lucha” es alimentar las acciones con negatividad, “La dedicación” es trabajar con la inspiración del compromiso.
Si te encuentras en una situación de desafío y sientes que tienes que luchar para resolverlo, entonces es señal de que algo no anda bien.
Lograr tener productividad a través de la lucha que siempre genera el estrés que desencadena en dolencias físicas, y para terminar gastando el dinero que se gana en medicinas, no es nada próspero.
Uno de nuestros más grandes errores es no saber manejar conscientemente el concepto de la lucha.
Por creer que la lucha es un valor de vida que nos hace más merecedores y valiosos, entonces caemos en el apego innecesario a una actitud poco inteligente que nos termina desgastando, pues sin darnos cuenta nos expone al conflicto con nosotros mismos, con los demás y con las circunstancias.
Luchar es alimentar la conflictividad y luchar también significa darle un peso negativo a los esfuerzos. Por enfocar la actitud desde ese falso valor de vida, tarde o temprano terminamos en agotamiento físico, emocional y psicológico. Y… ¿Es eso ganarse la vida realmente?
Ninguna de estas concepciones de la lucha reflejan la consciencia de la gente realmente próspera y exitosa. Y es así como muchas veces perdemos grandes oportunidades y energía creativa luchando por el apego a seguir manteniendo algo que ya cerró su ciclo pues cumplió con su misión, tanto dentro como fuera de nosotros mismos.
Por otro lado, “la dedicación” es absolutamente diferente. Dedicarse es un valor de vida que mueve la fuerza de la voluntad para hacer las cosas con la motivación de asumir un compromiso por un propósito.
La dedicación, y la fuerza de voluntad, marcan las pautas de una actitud que convierte la experiencia del esfuerzo y el trabajo en algo que nos permite autorrealizarnos plenamente, porque la energía de las acciones nace de la verdadera inspiración.
Entender e interpretar las señales de alerta, ayuda a optimizar los recursos y los esfuerzos
Una máxima del éxito siempre dice que jamás hay que rendirse y que uno puede lograrlo todo. Eso es totalmente cierto, sobre todo cuando el objetivo está claramente alineado con un propósito que motiva nuestras acciones.
Pero, a veces los bloqueos nos alertan sobre algún final, y no saber detectarlo para rendirse a tiempo, puede terminar siendo el mayor de los fracasos. También es inteligente comprender que hay objetivos que les toca su fin, simplemente porque ya cumplieron con su misión dentro de nosotros mismos. Lo que pasa es, que por estar apegados al concepto de la lucha, nos negamos inconscientemente a verlo y enfrentarlo, para darle la conclusión oportuna.
La importancia de saber detectar, enfrentar, aceptar y asumir este punto específico de las situaciones, ayuda enormemente a evitar el desgaste innecesario de tiempo, recursos, salud y energía.
Siempre va a haber ocasiones en que saber ponerle punto y final a algo es todo un éxito.
Cuando ya no sientes verdadera inspiración por tus procesos, quiere decir que ya se terminó.
Todo en la vida se puede lograr si sabes hacer las cosas bien, pero sólo alcanzas una experiencia integral del éxito cuando realmente sientes una verdadera conexión con el ánimo, el espíritu, que alienta tu fuerza de voluntad, motivando tus acciones al logro.
La base para enfrentar y resolver las dificultades de manera exitosa depende sobre todo de ese sentimiento de inspiración que nace de estar conectada con el propósito de tu espíritu. Es precisamente ese punto profundo y esencial de ti misma el que te motivó a crear tu plan y trabajar por éste.
Por eso, pase lo que pase, así sea un reto muy difícil, si realmente estás conectada con el propósito de tu meta desde la inspiración de tu ser, entonces siempre te dedicarás con gusto a resolver el reto que sea, para reinventarte y continuar.
Si te sientes desanimada o cansada, si tu relación de pareja no te satisface, si tu trabajo o tu emprendimiento no están dando resultados en proporción a tus esfuerzos, y ya nada de eso te hace vibrar como al principio, puede ser señal de que algo en ti ha perdido la conexión.
Mira bien dentro de ti y sincérate contigo misma. Puede ser el final que te quiere mostrar que necesitas re-descubrirte para renovar tus metas y empezar por un camino diferente y mejor.
Tu nivel de inspiración es tu termómetro. Pero recuerda siempre que no es la lucha, sino tu dedicación con fuerza de voluntad, lo que te hará sentir energía, plenitud y convicción, aun enfrentando los desafíos más difíciles.
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